A finales de los 90’s y principios de los 2000´s, el miedo e
interés por los zombies resurgieron en la cultura pop mundial, esto gracias a
sagas como Resident Evil, Left 4 Dead, el remake de Dawn of the Dead y la
tragicomedia televisiva The Walking Dead. Todas estas películas y videojuegos
tienen en común el colapso de la civilización gracias a algún agente patógeno que
reanima a los muertos con un apetito insaciable de carne humana.
Sin embargo, el miedo a los llamados muertos-vivientes empezó, no con algún
experimento científico, sino con una religión a partes mística y a partes
escabrosa: El vudú haitiano.
El vudú tiene sus orígenes en la religión que practicaban los yoruba y kongo del África occidental y central respectivamente, quienes, al ser capturados para trabajar como esclavos en las Islas Antillas, debieron “adoptar” los ritos y santos de la religión católica para seguir adorando a sus deidades sin temor a ser descubiertos, causando así un sincretismo religioso que ha logrado sobrevivir hasta nuestros días.
Un zombi en el folklore haitiano dista mucho de ser aquella
criatura antropófaga que todos conocemos y amamos. Es más bien una persona sin
consciencia ni voluntad que ha sido esclavizada por un brujo, o bokor, para trabajar en las plantaciones
de caña de la isla.
El proceso de zombificación empieza cuando el llamado “polvo zombi” (una mezcla
de tetrodotoxina de pez globo y sapo marino disecado) entra en el cuerpo de la
víctima, ya sea ingerido, inhalado o incluso por contacto con la piel. Esta
droga reduce el pulso de la víctima, poniéndola en una especie de trance entre
la vida y la muerte, ocasionando que la familia crea que ha muerto y proceda a
enterrarla. Una vez que cae la noche, el bokor y sus asistentes proceden a
desenterrar el cuerpo inconsciente, y a alimentarlo con pasta de datura
stramonium, un poderoso alucinógeno que se encarga de mantener a la persona en
estado zombi siempre y cuando sea alimentado con esto de manera constante.
La única manera de “romper el hechizo” es si la pasta de datura deja de ser administrada a los zombis, o si estos ingieren sal, lo cual ocasionará que regresen a sus sentidos y se revelen contra el bokor y los dueños de las plantaciones.